Por Edwin Kako Vazquez
Muchas veces los padres inponen a sus hijos el deporte que piensan o quieren que ejecute. En ocasiones este mecanismo ocurre por la sencilla razón de frustaciones deportivas que tuvieron los progenitores en su vida. No entendemos que al tomar esta decisión nos convertimos en dictadores únicos de la vena deportiva que existe en nuestros hijos. Cuando esto ocurre comienza un estado de inconformidad y desubicación que poncha tarjeta a la hora de participar en el pasatiempo infundado. Debemos ser cuidadosos en las primeras instancias deportivas del niño para detectar si en realidad se siente cómodo, si disfruta del mismo o simplemente es un capricho de nosotros como padres.
La realidad es que si usted no toma cartas en el asunto llegará el momento en que su niño le dirá: "Papi esto no me gusta", o simplemente se lo demostrará mediante actuaciones de resistencia, oposición a participar tanto en los juegos como en las prácticas, negatividad a la hora de hacer los ejercicios y le vendrá un malestar cuando se le habla de la actividad envuelta. No obstante, existen otros "estadios psicológicos" que son indicadores de esta vertiente como no quererse poner el uniforme, llegan al antro deportivo llorosos o simplemente se trancan de manera superlativa. A esto hay que sumarle cuando el niño es tímido y ha tenido poca distracción en compañía de otros muchachos. Estos se sienten extraños y ansiosos ante la nueva experiencia hasta que después de varias incursiones comienzan a sentirse como en casa. Si el niño persiste en esta conducta lo más posible es que necesite ayuda profesional para detectar algún problema temperamental o emocional. En definitiva antes de elegir un deporte para tu hijo debes conocer sus gustos, destrezas y limitaciones para que surja esa verdadera unión deportiva, si no se interesa por los deportes existren otras actividades en las que podrá identificarse.
La realidad es que si usted no toma cartas en el asunto llegará el momento en que su niño le dirá: "Papi esto no me gusta", o simplemente se lo demostrará mediante actuaciones de resistencia, oposición a participar tanto en los juegos como en las prácticas, negatividad a la hora de hacer los ejercicios y le vendrá un malestar cuando se le habla de la actividad envuelta. No obstante, existen otros "estadios psicológicos" que son indicadores de esta vertiente como no quererse poner el uniforme, llegan al antro deportivo llorosos o simplemente se trancan de manera superlativa. A esto hay que sumarle cuando el niño es tímido y ha tenido poca distracción en compañía de otros muchachos. Estos se sienten extraños y ansiosos ante la nueva experiencia hasta que después de varias incursiones comienzan a sentirse como en casa. Si el niño persiste en esta conducta lo más posible es que necesite ayuda profesional para detectar algún problema temperamental o emocional. En definitiva antes de elegir un deporte para tu hijo debes conocer sus gustos, destrezas y limitaciones para que surja esa verdadera unión deportiva, si no se interesa por los deportes existren otras actividades en las que podrá identificarse.
Los dejo con estas preguntas:
¿CONOCES BIEN A TU HIJO?
¿SACAS EL TIEMPO NECESARIO PARA EL?
¿LE BRINDAS IMPORTANCIA A SUS COSAS?
¿LE OFRECES ESE VERDADERO AMOR Y AFECTIVO DE PADRE?
Fuente : www.1800beisbol.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario